El policarbonato celular como material es un elemento que sirve en la mayoría de las ocasiones para sustituir al vidrio, de manera que se tiene un producto que cuenta con mejores características, a un menor costo, tanto de instalación como de mantenimiento, sin mencionar que no debe de ser remplazado para nada, a diferencia de los techos o instalaciones que cuentan con vidrio para proteger su estructura. A diferencia del vidrio, que resulta frágil ante los impactos físicos, el policarbonato no resiente dichos golpes, por lo que es una excelente alternativa.
A esto se le tiene que añadir la facilidad de trabajo que tiene el policarbonato como material, ya que al ser calentado, mediante un proceso de termoformado se le pueden dar nuevas figuras que no sean solo una lámina plana, y que se adapten de mejor manera a un espacio irregular. Su uso en paredes o secciones verticales se debe a su gran apariencia física combinada con la resistencia estructural que tiene, lo que la lleva a ser un material muy utilizado para el diseño arquitectónico de diferentes espacios.
El policarbonato celular es hasta 200 veces más fuerte que el cristal, y dicha fortaleza física es aprovechada para usarse en zonas delicadas o en donde los impactos o accidentes son comunes. Su uso garantiza protección, además de una iluminación natural para el interior. La durabilidad de un material como este es prolongada, gracias a que es un material plástico que no se deteriora de manera rápida debido a su exposición al medio ambiente, y su desgaste está más relacionado con la cantidad de elementos químicos con los que se trabaja en su cercanía.